viernes, 24 de febrero de 2012

Distritos de Riego en Colombia: Panorama


Ésta mañana, estaba leyendo un artículo publicado en la revista Portafolio, escrito por Iván Darío Arroyave, presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, en referencia a la situación pasado, presente y futuro de los Distritos de Riego en Colombia. 

Vista general Distrito Ranchería
La concepción de un Distrito de Riego así como la implementación de cualquier tipo de sistema de riego predial, pretende suplir los requerimientos hídricos de los cultivos en un tiempo específico, con el ánimo de alcanzar los mejores rendimientos productivos; programación que depende de las condiciones y características medio ambientales, sea producción a campo abierto o bajo invernadero. La integración de los caudales o flujo de agua necesario en cada punto predial se reúne en infraestructuras de escala micro, pequeña, mediana y grande, según el impacto que se desee generar en términos de cobertura de área.

En nuestro país se ha demostrado para diferentes cultivos que la implementación de éstos sistemas de manera racional y sostenible permite incremento de las producciones, siendo variable según las condiciones de cultivo, pero que usualmente se encuentra entre 30 y 80%, dependiendo de la especie vegetal.

Cómo lo menciona el doctor Arroyave:  “nuestro país solo tiene irrigado aproximadamente el 14% del área potencial regable”, desde la construcción finalizada del último Distrito de Riego, puesto en marcha a finales de los años 70. Los demás países de Latinoamérica han comprendido que la apuesta agrícola se encuentra en el manejo sostenible del recurso agua para riego. Países como Perú que en los últimos años ha optimizado sus procesos de producción, cosecha y de transformación, en gran medida  debe su éxito  a que hoy en día tiene una cobertura de riego sobre aproximadamente el 19% de su área cultivable. 



La gente se preguntará ¿Qué es lo que han hecho los demás países que Colombia no ha podido consolidar? Sin duda uno de los grandes inconvenientes ha sido el desarrollo de una política que transcienda y que fomente la Sostenibilidad y la Competitividad y que involucre a las instituciones gubernamentales, empresas privadas y a las universidades, independientemente del líder que se encuentre a la cabeza de nuestro país. 


Como lo comparte el doctor Arroyave “la riqueza hídrica del país que en promedio tiene un rendimiento de 63 l/s/km2, que es seis veces el rendimiento promedio mundial y tres veces el rendimiento promedio de Latinoamérica”. Esto significa que tenemos disponibilidad de agua superior frente a los países de Latrinoamérica y ni que decir frente algunos países de Centro América, como el caso de Guatemala, quienes denotan dificultades de acceso de agua superficial, lo cual ha generado una necesidad de aprovechar el agua sub-superficial, que ocasiona costos bastante elevados frente nuestra ventaja comparativa. Lo interesante de Guatemala es que alcanza altos rendimientos productivos con manejo racional de agua, en cultivos como los guisantes (arveja dulce, arveja china, ejote francés), para lo cual sus productores después de 20 años de implementación y al menos dos generaciones de trabajo constante y permanente, hoy en día destinan sus producciones al mercado extranjero.

Hoy en día 27 Distritos de Riego y Drenaje componen la infraestructura colombiana generando impacto sobre áreas que van desde las 30 hasta las 5.000 ha. Como es usual en nuestro país, la titularidad de éstas estructuras se encuentran repartidas entre el sector público y privado, con mayor incidencia en éste último, pero que reitero no es suficiente para ser competitivos con las demandas de los mercados internacionales.

Fuente: Corpoica
Haxce aproximadamente 10 años se reactivó la construcción de distritos de riego, obras que hoy en día se encuentran en fase constructiva, para los cuales se destacan: El distrito Ranchería que pretende impactar sobre los departamentos de la Guajira, Cesar y Magdalena y el distrito Triángulo del Tolima. En los dos casos las estructuras se han construido por fases como estrategia para amortizar las grandes inversiones que requiere cada uno de ellos, dado que no se generó una política transnacional años atrás que garantizara recursos permanentes y continuos.

Si se considera el tiempo que ha transcurrido entre la puesta en marcha del último distrito de riego y el inicio de los últimos, lo más lógico es que esas antiguas estructuras se deterioren con el paso de los años. Esto implica que las inversiones estatales y/o privadas deben centrarse en gran medida en la reparación y adecuación de los distritos existentes, disminuyendo los recursos que se puedan disponer para los nuevos proyectos y rompiendo la continuidad que se desea para éste tipo obras.

Como en un diseño de un sistema de riego, el enfoque de éstas inversiones debe partir de las producciones que se desean proyectar en función de la demanda del mercado y de ésta manera dimensionar paso a paso en retrospectiva la infraestructura institucional que se necesita para alcanzar las metas de crecimiento y desarrollo sostenible.

Espero sus comentarios,

Cordial Saludo,

Helber Orjuela

jueves, 16 de febrero de 2012

Producción de Sábila

Hace algunos años se inció en Colombia una cadena de producción de primer nivel en cultivo de Sábila, especialmente la variedad Barbadensis Miller, en zonas con características adecuadas para su desarrollo como algunas regiones del Valle del Cauca. La producción y comercialización primaria y agroindustrial del éste cultivo no ha sido dinámica; por varios años se ha mantenido estática, en algunos casos debido a la falta de experiencia en su transformación y en otros por falta de una adecuada planeación estratégica que garantice competitividad y sostenibilidad del sector. El mundo ha evolucionado tanto en producción primaria como agroindustrial y Colombia no puede ser ajeno ante éste fenómeno de crecimiento. Actualmente, la mayor demanda de Sábila en el mundo la tiene Estados Unidos, país que consume cerca del 33% de la producción actual. Pero las cifras no se detienen allí, actualmente en el mundo se requiere aldededor de 37.000 ha de Sábila sembradas para satisfacer la demanda del mercado.

A la fecha, en zonas como los municipios de Dagua y La Cumbre, Valle del Cauca, se estima un área de producción actual de 20 ha, con un rendimiento semanal de 5 TON/semana, un precio de venta de $600/kg y un ciclo de recolección de 18 meses. Sin embargo no se tiene  mayor claridad sobre el esquema de producción. Los mercados internacionales, bien sea para comercialización en fresco o para agroindustria están demandando manejo de cultivo orgánico, fomentado por una tendencia mundial de globalización y búsqueda de seguridad alimentaria. Bajo producción orgánica es necesario diagnosticar e implementar los protocolos para el manejo de plagas y enfermedades, plan de fertilización, programación de riego, entre otros, con la rigurosidad de normas como GLOBALGAP, sujeto desde luego a la normatividad del país destino de la exportación. 

Antes de considerar la implementación orgánica para éste e inclusive para cualquier tipo de cultivo es necesario diagnosticar el estado actual y real de los productores con lo cual se pretende verificar en términos generales:

  1. Si existe o no una estructura socio - empresarial: Productores individuales o asociados (para garantizar una comercialización sostenible es estrictamente necesario que exista la asociatividad).
  2. Las fortalezas y debilidades del grupo asociativo: ¿cuáles son las necesidades para alcanzar el éxito de la organización? ¿están todos los miembros de la organización comprometidos con su crecimiento? ¿hasta qué punto están involucrados todos los miembros en las decisiones y encaminamientos de la organización?
  3. ¿Existe una concepción de Mercado Seguro?
  4. ¿El grupo asociativo de productores mantiene contactos permanentes con aliados comerciales nacionales y/o extranjeros con experiencia y trayectoria?
  5. El nivel actual de implementación orgánica frente al mercado objetivo y las mejoras a desarrollar para cumplir con los estánadares establecidos en términos técnicos, administrativos, ambientales, socio-empresariales, comerciales, contables y financieros.
  6. Garantía de la sostenibilidad y competitividad en el mercado: Alianzas comerciales permanentes y continuas, productos que cumplan con los estándares de calidad e inocuidad, relación beneficio-costo.
Las empresas Colombianas dedicadas al sector agrícola debemos ser articuladores para las demás organizaciones, es decir, Productores, Gobierno, Comercializadores y Agroindustriales. La única manera de que éste y los demás productos agrícolas considerados en la balanza comercial de nuestro país sirvan como motor de crecimiento para nuestra nación y nuestra gente, considerando las ventajas comparativas de recursos de agua y suelo y localización geográfica, frente a otros países en cuanto a explotación agrícola sostenible se refiere.

Estaré pendiente de sus comentarios y aportes,

Cordial Saludo,


Helber Orjuela

PD: Visítanos en   http://hidracosas.com/index.html

jueves, 9 de febrero de 2012

Producción de Tomate Cherry


En los últimos años se ha fomentado por diferentes mercados, nacionales y extranjeros, una alta demanda de hortalizas con características de producción especial, referentes a las prácticas de manejo, método de cultivo (tradicional, orgánico o combinado), pero ligado a unas interesantes características organolépticas, rendimientos productivos y un excelente precio del mercado al no presentarse una oferta avasalladora como ocurre con algunos productos de la misma naturaleza (tomate de mesa).

El caso específico del tomate Cherry (Lycopersicum pimpinellifolium), lo mencionamos porque resulta atractivo para producción y comercialización en zonas con características propias para la producción de hortalizas como lo es la Sabana de Bogotá y sus alrededores, ya que una producción en cercanías a los mercados de grandes superficies (mercado nacional) puede generar ventajas altamente eficientes y competitivas, especialmente referentes a precio de venta, bajos costos de transporte, generación de utilidades sostenibles, entre otros. Esta especie vegetal se caracteriza por ser de un tamaño pequeño, con pesos que oscilan entre los 10 a 15 g por tomate y sabor dulce (7 a 8 ªBRIX). El rendimiento de éste cultivo con manejo orgánico y una vez regularizado el cultivo después de cierto número de cosechas (4 a 6) se estima en 17 TON/ha, pudiendo incrementarse éste rendimiento hasta en un 30% en manejo bajo invernadero (puede ser tradicional o con algún desarrollo tecnológico, ajustable según disponibilidad presupuestal de inversión).

En ensayos orgánicos lo esencial es determinar y seleccionar el mejor sustrato que aporte altas cantidades de nutrientes y que brinde sostén al cultivo. Sin embargo, es necesario definir los controles biológicos más apropiados para el control de plagas y enfermedades, el diseño y montaje del sistema de riego con lo cual se deben definir las cantidades exactas de agua (programación de riego) en unos tiempos específicos y con una frecuencia estimada. Dado que actualmente se están presentando en nuestro país variables cambios de condiciones de clima, reflejados con alta intensidad y periodicidad de precipitaciones, lo más recomendable es desarrollar éstos cultivos así como para otras hortalizas (y varias especies más), bajo invernadero. Cómo en un artículo anterior mencioné las ventajas de producción agrícola con éste tipo de estructuras, no profundizaré en éste tema.




Respecto a la calidad de semillas, su selección también inferirá sobre el desarrollo vegetativo y productivo del tomate Cherry (y para cualquier especie productiva). Existen diferentes variedades de tomate Cherry, pero dadas las condiciones de la sabana de Bogotá y regiones circundantes haré énfasis en las más recomendadas y con mayor facilidad de compra en el mercado regional. La variedades híbridas como la denominada cherry minired hybrid F1, son bastante comunes en nuestro mercado, generalmente caracterizadas por desarrollar resistencia a enfermedades o plagas; sus  precios oscilan entre los 0,70 y 0,90 US$ por semilla. El proceso de germinación es necesario para obtener la mayor cantidad de plantas destinadas para producción, generalmente para éstas especies híbridas puede tardar entre 15 a 30 días, periodo después del cual se procede con trasplante. Como he recomendado producciones bajo invernadero, es recomendable disponer de un área dentro del mismo invernadero pero que se encuentre separada de la zona de producción, sector que se dispondrá para procesos de germinación. Es necesario mantener las semillas en bandejas plásticas a una altura considerable del suelo, con el mismo sustrato seleccionado para producción, manteniendo niveles de humedad ajustados al desarrollo de la semilla, así como el mantenimiento de radiación solar para su efectivo desarrollo. Una vez la planta alcanza crecimiento a los 30 días después de sembradas, éstas serán trasplantadas al sector de producción. Se puede implementar un sistema de bolsas (materas) ó un sistema de camas, según diseño y preferencias del productor. Cabe aclarar que la densidad de siembra estará en función de la variedad, aunque es usual bajo invernaderos generar producciones entre 2 a 4 plantas/m2. Al igual que el tomate tradicional, requiere de tutorado permanente.


Si quiere conocer más sobre éste y otros cultivos, en HIDRACO desarrollamos asesorías personalizadas sobre los temas agríolas de su interés. A continuación les dejaré el vínculo de nuestra página oficial, de manera que puedan visitarla y contactarnos por el medio que más se le facilite, recuerden que  OFRECEMOS UN MUNDO DE SOLUCIONES!!

http://hidracosas.com/index.html


Espero sus comentarios,


Cordial Saludo,


Helber Orjuela

PD: Visítanos en http://hidracosas.com/index.html