Ésta mañana,
estaba leyendo un artículo publicado en la revista Portafolio, escrito por Iván
Darío Arroyave, presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, en referencia a
la situación pasado, presente y futuro de los Distritos de Riego en Colombia.
Vista general Distrito Ranchería |
La
concepción de un Distrito de Riego así como la implementación de cualquier tipo
de sistema de riego predial, pretende suplir los requerimientos hídricos de los
cultivos en un tiempo específico, con el ánimo de alcanzar los mejores
rendimientos productivos; programación que depende de las condiciones y
características medio ambientales, sea producción a campo abierto o bajo
invernadero. La integración de los caudales o flujo de agua necesario en cada
punto predial se reúne en infraestructuras de escala micro, pequeña, mediana y
grande, según el impacto que se desee generar en términos de cobertura de área.
En nuestro
país se ha demostrado para diferentes cultivos que la implementación de éstos
sistemas de manera racional y sostenible permite incremento de las
producciones, siendo variable según las condiciones de cultivo, pero que
usualmente se encuentra entre 30 y 80%, dependiendo de la especie vegetal.
Cómo lo
menciona el doctor Arroyave: “nuestro país solo tiene irrigado aproximadamente
el 14% del área potencial regable”, desde la construcción finalizada del último
Distrito de Riego, puesto en marcha a finales de los años 70. Los demás países
de Latinoamérica han comprendido que la apuesta agrícola se encuentra en el
manejo sostenible del recurso agua para
riego. Países como Perú que en los últimos años ha optimizado sus procesos
de producción, cosecha y de transformación, en gran medida debe su éxito a que
hoy en día tiene una cobertura de riego sobre aproximadamente el 19% de su área
cultivable.
La gente se preguntará ¿Qué es lo que han hecho los demás países que Colombia no ha podido consolidar? Sin duda uno de los grandes inconvenientes ha sido el desarrollo de una política que transcienda y que fomente la Sostenibilidad y la Competitividad y que involucre a las instituciones gubernamentales, empresas privadas y a las universidades, independientemente del líder que se encuentre a la cabeza de nuestro país.
Como lo
comparte el doctor Arroyave “la riqueza
hídrica del país que en promedio tiene un rendimiento de 63 l/s/km2, que es
seis veces el rendimiento promedio mundial y tres veces el rendimiento promedio
de Latinoamérica”. Esto significa que tenemos disponibilidad de agua superior
frente a los países de Latrinoamérica y ni que decir frente algunos países de Centro América, como el caso de Guatemala, quienes denotan dificultades de
acceso de agua superficial, lo cual ha generado una necesidad de
aprovechar el agua sub-superficial, que ocasiona costos bastante elevados frente nuestra ventaja comparativa. Lo interesante de Guatemala es que alcanza
altos rendimientos productivos con manejo racional de agua, en cultivos como
los guisantes (arveja dulce, arveja china, ejote francés), para lo cual sus
productores después de 20 años de implementación y al menos dos generaciones de
trabajo constante y permanente, hoy en día destinan sus producciones al mercado
extranjero.
Hoy en día
27 Distritos de Riego y Drenaje componen la infraestructura colombiana
generando impacto sobre áreas que van desde las 30 hasta las 5.000 ha. Como es
usual en nuestro país, la titularidad de éstas estructuras se encuentran
repartidas entre el sector público y privado, con mayor incidencia en éste
último, pero que reitero no es suficiente para ser competitivos con las demandas de los
mercados internacionales.
Fuente: Corpoica |
Haxce aproximadamente 10 años se reactivó la construcción de distritos de riego, obras que hoy en día se
encuentran en fase constructiva, para los cuales se destacan: El distrito
Ranchería que pretende impactar sobre los departamentos de la Guajira, Cesar y
Magdalena y el distrito Triángulo del Tolima. En los dos casos las estructuras
se han construido por fases como estrategia para amortizar las grandes
inversiones que requiere cada uno de ellos, dado que no se generó una política
transnacional años atrás que garantizara recursos permanentes y continuos.
Si se
considera el tiempo que ha transcurrido entre la puesta en marcha del último
distrito de riego y el inicio de los últimos, lo más lógico es que esas antiguas
estructuras se deterioren con el paso de los años. Esto implica que las
inversiones estatales y/o privadas deben centrarse en gran medida en la
reparación y adecuación de los distritos existentes, disminuyendo los recursos
que se puedan disponer para los nuevos proyectos y rompiendo la continuidad que
se desea para éste tipo obras.
Como en un
diseño de un sistema de riego, el enfoque de éstas inversiones debe partir de
las producciones que se desean proyectar en función de la demanda del mercado y
de ésta manera dimensionar paso a paso en retrospectiva la infraestructura institucional
que se necesita para alcanzar las metas de crecimiento y desarrollo sostenible.
Espero sus comentarios,
Cordial Saludo,
Helber Orjuela