Hace algunos años se inció en Colombia una cadena de producción de primer nivel en cultivo de Sábila, especialmente la variedad Barbadensis Miller, en zonas con características adecuadas para su desarrollo como algunas regiones del Valle del Cauca. La producción y comercialización primaria y agroindustrial del éste cultivo no ha sido dinámica; por varios años se ha mantenido estática, en algunos casos debido a la falta de experiencia en su transformación y en otros por falta de una adecuada planeación estratégica que garantice competitividad y sostenibilidad del sector. El mundo ha evolucionado tanto en producción primaria como agroindustrial y Colombia no puede ser ajeno ante éste fenómeno de crecimiento. Actualmente, la mayor demanda de Sábila en el mundo la tiene Estados Unidos, país que consume cerca del 33% de la producción actual. Pero las cifras no se detienen allí, actualmente en el mundo se requiere aldededor de 37.000 ha de Sábila sembradas para satisfacer la demanda del mercado.
A la fecha, en zonas como los municipios de Dagua y La Cumbre, Valle del Cauca, se estima un área de producción actual de 20 ha, con un rendimiento semanal de 5 TON/semana, un precio de venta de $600/kg y un ciclo de recolección de 18 meses. Sin embargo no se tiene mayor claridad sobre el esquema de producción. Los mercados internacionales, bien sea para comercialización en fresco o para agroindustria están demandando manejo de cultivo orgánico, fomentado por una tendencia mundial de globalización y búsqueda de seguridad alimentaria. Bajo producción orgánica es necesario diagnosticar e implementar los protocolos para el manejo de plagas y enfermedades, plan de fertilización, programación de riego, entre otros, con la rigurosidad de normas como GLOBALGAP, sujeto desde luego a la normatividad del país destino de la exportación.
Antes de considerar la implementación orgánica para éste e inclusive para cualquier tipo de cultivo es necesario diagnosticar el estado actual y real de los productores con lo cual se pretende verificar en términos generales:
- Si existe o no una estructura socio - empresarial: Productores individuales o asociados (para garantizar una comercialización sostenible es estrictamente necesario que exista la asociatividad).
- Las fortalezas y debilidades del grupo asociativo: ¿cuáles son las necesidades para alcanzar el éxito de la organización? ¿están todos los miembros de la organización comprometidos con su crecimiento? ¿hasta qué punto están involucrados todos los miembros en las decisiones y encaminamientos de la organización?
- ¿Existe una concepción de Mercado Seguro?
- ¿El grupo asociativo de productores mantiene contactos permanentes con aliados comerciales nacionales y/o extranjeros con experiencia y trayectoria?
- El nivel actual de implementación orgánica frente al mercado objetivo y las mejoras a desarrollar para cumplir con los estánadares establecidos en términos técnicos, administrativos, ambientales, socio-empresariales, comerciales, contables y financieros.
- Garantía de la sostenibilidad y competitividad en el mercado: Alianzas comerciales permanentes y continuas, productos que cumplan con los estándares de calidad e inocuidad, relación beneficio-costo.
Las empresas Colombianas dedicadas al sector agrícola debemos ser articuladores para las demás organizaciones, es decir, Productores, Gobierno, Comercializadores y Agroindustriales. La única manera de que éste y los demás productos agrícolas considerados en la balanza comercial de nuestro país sirvan como motor de crecimiento para nuestra nación y nuestra gente, considerando las ventajas comparativas de recursos de agua y suelo y localización geográfica, frente a otros países en cuanto a explotación agrícola sostenible se refiere.
Estaré pendiente de sus comentarios y aportes,
Cordial Saludo,
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