miércoles, 21 de marzo de 2012

Agricultura Urbana

Desde hace varios años se han adelantado análisis detallados del crecimiento de los habitanten en el mundo, especialmente el paralelo de crecimiento de las poblaciones rural y urbana. En las grandes ciudades de los países desarrollados se ha detectado un sensible crecimiento de las urbes, lo que consecuentemente disminuye las oportunidades laborales y de ingresos (crisis económica), al mismo tiempo que se ve afectado el abastecimiento de alimentos. Es necesario recalcar que el comportamiento de crecimiento poblacional muestra por lo general una tendencia exponencial, mientras la producción de alimentos se ajusta más a un comportamiento lineal. Si a ésto le sumamos las constantes migraciones de la población rural a las ciudades como ocurre en nuestro país, debido a múltiples circunstancias, estamos frente a una condición crítica que puede afectar la seguridad alimentaria en el futuro inmediato.

Si se analiza la siguiente figura, se aprecian cifras de crecimiento poblacional registradas desde 1970 hasta llegar a una proyección para 2025 basada en la información actual (tasa de natalidad y de mortalidad). La tendencia claramente está marcada por una mayor presencia de la población urbana, lo que indica una necesidad de replantear el enfoque que debe considerar en el diseño de las ciudades colombianas del futuro.


La crisis económica que se viene presentando desde hace varios años, a fomentado el nacimiento de una franja de población que se encuentra excluida del sistema productivo actual, es decir, habitantes que presentan problemas de alimentación y nutrición, debilitamiento de la estructura familiar y pérdida de la autoestima. Si consideramos la dieta predominante de los colombianos, ésta es históricamente desbalanceada, con una tendencia al bajo consumo de frutas y verduras, traducido en carencia de vitaminas y minerales, elementos reguladores necesarios para el aprovechamiento de proteínas y carbohidratos.

Entonces el lector se preguntará ¿qué se puede hacer para cambiar éstas tendencias? justamente es el momento de impulsar actividades económicas independientes pero sostenibles y competitivas, es decir, trabajar en la búsqueda de modelos productivos que regulen las tendencias actuales de consumo enfocado hacia el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores.
 
¿Y qué modelo podría utilizarse para garantizar sostenibilidad y competitividad?
Una probable respuesta es la Agricultura Urbana; ésta actividad puede consolidarse como una fuente de abastecimiento complementario a mediano plazo. Pero la estructuración de un plan de agricultura urbana debe estar de la mano con la planificación de la ciudad, no debe ser vista como un elemento meramente aislado y con una única incidencia local,  la agricultura urbana implica una nueva visión al concepto de ciudad y a la "división" de la ciudad con el campo. Está relacionada con el modelo agroalimentario, el cual tiene un efecto en el arquetipo de ciudad y también en la dinámica territorial. Por tal motivo la agricultura urbana necesita una percepción global y a la vez una aplicación local.
 ¿Y cuáles son los principales problemas que tenemos con el modelo actual y que nos afectan directamente o a nuestro entorno?
  • Separación y especialización de funciones del territorio. 
  • Concentración de la producción y alejamiento de las zonas de consumo. 
  • Emisiones de CO2 ligados al transporte de alimentos (principalmente)
  • Planificación fragmentaria. 
  • No se realizan propuestas integrales ciudad-campo, los planes urbanísticos no se ocupan del suelo agrícola ni de la preservación del agua (muy limitado).
  • El alto consumo y las exigencias del mercado provocan una sobreexplotación de los suelos agrícolas, dependiendo de pesticidas y fertilizantes artificiales, que permita alcanzar los volúmenes demandados por la población.
Entonces, ¿Cuáles serían los cambios que se podrían plantear?

  • Re-ordenación de los territorios, creando un vínculo funcional y ecológico con los sistemas productivos urbanos.
  • Implementación de áreas ecológicamente productivas y sostenibles (cultivos, bosques, humedales, entre otros), de bajo impacto ambiental: Se pueden plantear áreas específicas dentro de cada ciudad destinadas específicamente para la producción agrícola; sin embargo es necesario enfocar las prácticas culturales hacia una concepción de huerta orgánica, que ayude a fomentar la transformación de las prácticas que se vienen adelantando en las zonas rurales. Los grandes consumidores se localizan en las ciudades, por cuanto si ésta población modifica la concepción de consumo de alimentos, buscando la seguridad alimentaria a través de la nutrición, el impacto obligará a todos los productores de alimentos a modificar las prácticas tradicionales de producción y comercialización. Alternativamente en las ciudades puede plantearse la posibilidad de trabajar con cultivos aeropónicos, sobre los cuales les estaré comentando en un nuevo artículo.
Pero, ¿Cuáles serían los beneficios que se podrían alcanzar con éste modelo?


  • Ambientales: Disminución de hasta un 15% la emisión de CO2 en las ciudades (aire más limpio, reduce efecto de gases invernadero), preservación de los recursos naturales siempre y cuando se mantenga una política de manejo sostenible.

  • Productivos: Abastecimiento de alimentos en menor tiempo, se fomentaría la producción orgánica global, productos libres de agroquímicos, producción complementaria a la obtenida en zonas rurales.

  • Nutricionales: Aporte de vitaminas, proteínas, carbohidratos, lípidos de manera balanceada.
  • Sociales: Mejoramiento de la calidad de vida, unificación del campo con la ciudad, mejoramiento de la autoestima, garantía de seguridad alimentaria, disminución de riesgo de adquisición de enfermedades.
  • Económicos: Reducción paulatina de crisis económica, amplia "canasta de mercado", mejoramiento en las posibilidades de exportación (si un porcentaje de la producción en las zonas rurales se destinan para exportación).
Espero sus comentarios e inquietudes,

Cordial Saludo,

Helber Orjuela